martes, 13 de octubre de 2009

APOTEGMA REVOLUCIONARIA DE LOS AMAUTAS

Por: Augusto Caña Mamani “Sinshi Cahuide”

Este es el mensaje imperativo del omnipresente que esta dirigido a las nuevas generaciones del futuro: Nuestro inmortal patriarca etno revolucionario Apu JOSE GABRIEL CONDORCANQUI TUPAC AMARU, como personaje epónimo de la historia del Tawantinsuyu; está vivo en el ojo eterno del Sol; su sangre indómito corre soterrado en nuestras venas; está presente su monumental memoria como bandera y escudo protector de nuestra lucha. Esta vigente también su aguerrido espíritu y su apoteósico nombre como inspiración de libertad: Realmente sólo para el sistema opresor y los gobernantes criollos; Túpac Amaru es peligroso como ejemplo.


Mirando el pasado encontramos que: Los invasores españoles sufrían la histeria crónica de hipocondría oropel y platónico que le hacia enfermar su infrenable codicia. En la llamada “conquista” del Tawantinsuyu; los enloquecidos españoles en busca del oro y plata destruyeron todos los monumentos megalíticos que los inkas habían construido. Estos invasores, hablando de un Dios salvador y milagroso, mataron a millones de nuestros ancestros como desafecto demográfico. Así la gleba Iberiana, ignorantes y ladrones se hacían pasar como emisarios divinos con derecho de tomar los tesoros encontrados, de paso practicaron la violación forzada a las mujeres nativas para procrear bastardos mancer; gran parte de la producción agropecuario terminaron en el estómago de estos insidiosos individuos.

La lucha frontal contra el colonialismo europeo, es una confrontación antagónica que tiene raíz en la invasión descomunal de cinco siglos a nuestro continente; donde aparte de apropiar nuestro vasto territorio y saquear su ingente riqueza natural ha impuesto su política de opresión y explotación. Así, en toda América dominada, en mayor o menor grado, regio el principio desmañado de que el “cristiano” si es blanco tiene derecho de ser rico: Este artimañaje orden, no solo es económico, político y militar, sino conlleva también en la colonización religioso y educativo.

El colonialismo occidental a través de la imposición religiosa y educativa, arraigó profundamente en el espíritu colonizado, la idea de que su paternalismo social, su cultura superior y su misión evangelizadora son “doctrinas eternas”. En base de este artificioso y individualizado fundamento, el colonizado indígena que vivía con la espada esgrimido al pecho, puesto la soga al cuello y idiotizado por la inquisición monoteísta, tanto con el repliegue de su conciencia rebelde aceptó esa idea imaginario del invasor europeo.

Durante siglos de la oprobiosa dominación, el colonialismo europeo, introdujo en nuestros pueblos con fuste en mano su “lerdo idea” de que ellos eran una sociedad con “espíritu de conquista”; pero en el fondo solo eran individuos con pensamiento subjetiva de egoísmo, la recriminación, altanería pueril y orgullo vanidoso de querer imponer siempre su jactancioso palabra. Así, en la mente medieval de aquellos “cristianos” euro-españoles no existía disertación sobre el tema de los derechos indígenas: Su rancia ideología siempre estaban orientadas de explotar a los llamados “hombres inferiores” para el provecho individual y para su monarquía sujesionaria.

En esta parte del tiempo, es lo mismo que: Los partidos políticos del orden colonizado, bajo etiquitas del capitalismo y marxismo; por más que sean “democráticos” de tendencia occidental: Jamás plantean desde el punto de vista legalista la reivindicación etno nacionalista, con el objetivo de proyectar la transformación radical del sistema ejemonista. En esta cruda realidad, como élite de facto político, solo piden participación en el poder: Aquí también solo fomentan el dialogo entre partidos políticos y el modernizado sistema colonial, solo para discutir el arreglo de pacto; con ello, solo para formular la representación electoral, libertad de prensa, libertad de asociación y sustentar reformas intrascendentes. En suma: Los partidos políticos colonizados, no es una mente de pensar, no es un ente guiado por la razón, sino es una máquina de violencia sin trascendencia histórica; su presencia en la escena política es una relación de fuerza que se inclina ante otra fuerza mayor. Solo el etno nacionalismo será una fuerza compacta de ideales patriótica, poder desplegado de todo el pueblo, como demostró, el heroico pueblo de Vietnam y los países Árabes que luchan en constante rebeldía.

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