Augusto Caña Mamani “Sinshi Cahuide”
Una dedicatoria a mi Maestro “WANKAR-tambor de guerra”
Una dedicatoria a mi Maestro “WANKAR-tambor de guerra”
Bajo la bandera libertaria del Apu TUPAC AMARU, levanto el cáliz de la vida y con un gran Ttinkay Indiano, brindo por ti Amauta Ramiro Raynaga Burgoa de Bolivia: En esta alborada del nuevo amanecer, estoy libando el néctar de tus enseñanzas y de constancias no claudicadas. Mi nombraste de soldado Tawantinsuyano y mí diste el arma literal: Ahora es donde yo pongo la pólvora y el fuego.
La mitología fue la cantera del saber Greco-Romano; luego los eruditos de apología cristiana dicen que: “Al poder divino de Dios se le considera como absoluto propietario de todo cuanto existe en el Universo”. En la edad medieval, el clero, teólogos y juristas desarrollan, estructuran y sistematizan el poder de la iglesia y las monarquías como entes poderosos.
El pensamiento colonialista europea afirma que: “Todo hombre por su voluntad propia busca su amo y la voluntad divina de Dios es razón del poder”. Este poder opresor de la iglesia y de la monarquía, crearon dioses terrenales de la propiedad privada. Así, bajo argucia de esta amañada doctrina colonial, aquí se deformó la Identidad de nuestro pueblo.
El clero inquisidor hace entuertos calificativos: “Los indios desnudos escapaban a no ser muertos; no hablaban, sólo gesticulaban ciertos sonidos; no trabajaban, depredaban los frutos naturales, eran analfabetos y su agrafía no tiene historia”. Esto es confesión descarado de los criminales y Dios fue utilizado como escudo del crimen y robo.
Mientras el clero decía, traigan oro y plata para salvar almas del purgatorio y el perdón del pecado: Los europeos se apoderaban de nuestras tierras para explotar en nombre de Dios y los muertos. La flora, fauna, minerales, agua y hombres se convirtieron en propiedad privada del invasor y la vida entera se regio bajo tal fundamento.
Los tres oscuros legados del colonialismo como su máxima expresión cultural occidental fue: matar, robar e imponer su religión inquisidor. Tawantinsuyo fue víctima de agresión española, nuestro pueblo sufrió el irascible exterminio y el clero inquisidor domesticó nuestro cerebro, imponiendo su religión monoteísta colonialista.
En el Perú virreynal, el clero español implantó su religión monoteísta de iconografía cristiana pagana con liturgia sacerdotal inquisidor; donde la Biblia era recostada sobre un facistol de plata; hoy ya desaparecido del altar catedralicio. Los íconos de yeso que enrostran a la virgen María, santos y serafines, más resalta la obra Arabesca.
Ante el misterio de la vida y el temor de la muerte, bajo amenazas de quemar almas en el fuego eterno; el clero europeo, angustiosamente agobiados por la ansiedad de hacer apología religiosa herética; durante mas de 300 años de dominación colonial, con tesoros robados han levantado templos paganos: Así, aconteció siglos de barbarie y del genocidio.
Fue la alianza bicéfala de la monarquía y el clero que conformó la “santa hermandad” de inquisición: Este poder, fue gran maquinaria de moler humanos. Así, el soldado español codicioso y beato con la filosofía paupérrima del temor al Dios, que es dueño absoluto de la vida y la propiedad terrenal; en siglos destrozó civilizaciones ricas del mundo.
Los filósofos: Unamuno y el Maimónides declaran: “Que la filosofía española es vacua y paupérrima. La inquisición Iberiana es cultura presocrática, su escolástica medieval es pobreza de mal grado y su filantría “cervantina” es ficción literaria. Este fustigante “inquisición” divaga en América y cual cadáver sin alma es ideología colonial”.
Unamuno enfatiza sobre la conducta de la inquisición: “El Islam de Córdova y la de Granada fueron abatidos; otras civilizaciones, avanzadísimos para su tiempo, como los reinos de Moctezuma y del Inka Atawallpa, enloquecieron de codicia al invasor analfabeto. La apología de la religión sustitutiva fue para afianzar el dominio sobre los pueblos invadidos”.
No ignoramos el misterio de la vida y la muerte, pero en aquél choque antagónico de dos culturas, la religión pagana se incrustó en nuestra mente y su práctica es el legado oscuro de frustraciones, no necesitamos aferrarnos a esa creencia vacua. El fanático cree a pie juntillas en la religión y la inquisición lo utilizó a conveniencia maligna.
Es metáfora: En el cielo tuvo lugar una batalla: Un día se había presentado el Arcángel Lucifer, este, delante de Dios se declaró en desobediencia: Al escuchar esto, Dios ordena al Arcángel Gabriel, expulsarlo del cielo a Lucifer y sus rebeldes. El antitesis surge de inmediato, pues Moisés autor del Génesis no consigna el supuesto “disociador”.
El texto Bíblico, es la historia del pueblo judío que expresa la sabiduría y su palabra sinarquizado. Marx dice que: “La religión es opio de los pueblos”; nosotros reafirmamos que, la casta sacerdotal que flageló durante siglos toda dignidad humana: Es enemigo mortal, es antagónico y inconciliable y nuestro pueblo tiene mil veces razón de rechazar.
Frente a la cosmovisión de nuestra civilización, de templanza humana y culto espiritual superior; los sacerdotes son especie de mente maliciosos, que en siglos pululan como habilosos detractores. Estos farsantes, cuyo oficio es la falsificación, cual arañas venenosas han paralizado nuestra mente, imponiendo su legislación sacerdotal paganiza.
¿Será cierto que el culto de la doctrina cristiana, es de redención, de salvación y de espiritualidad? pero vemos que la religión tiene efecto puramente ficticios y acontece relegado de su esencia propia y la festividad paganiza ahogó su orden moral. Los débiles no encontrarán respuesta a la pregunta: Por que, aquí: El espíritu puro es la mentira pura.
Los griegos creían que la tierra era esférica, así, Copernico enunció su teoría heliocéntrica, quien sostenía que el sol, es centro del universo; pero como que esto no estaba escrito en la Biblia, la inquisición lo quería quemarlo en la hoguera. Servet, sabio español descubrió la circulación de la sangre y este fue quemado por blasfemo.
Duch Man, sabio Holandés que inventó el telescopio, en 1609; Galileo observó al infinito y probó que la teoría heliocéntrica de Copernico era verdad: Por tal aseveración, el gigante del renacimiento y del saber humano, estuvo preso y encadenado. La estúpida inquisición quería quemarlo vivo y Galileo Galilei juró que la tierra no se movía.
El poder “inquisitorial” del clero ya es conocido, han simplificado la psicología a fórmula propia: La obediencia se premia elevando el alma al cielo, la desobediencia es castigo eterno en el infierno. Este herético acto ¿Acaso fue la voluntad de Dios? esta insidia hay que irradicar de nuestra mente y luego poner al desnudo su paganismo religioso.
En el Perú, a la luz de grandes acontecimientos y premunidos con el ambiguo lenguaje colonialista; el clero católico, exhibiendo su insólita rudeza y el audaz panfletismo de conocidas hostilidades; (Amenaza de excomunión y otros señalamientos) todavía pretenden imponer su religión occidental para adorar los íconos de yeso con rostro español.
Desde nuestra perspectiva, hoy debemos esclarecer la discrepancia antagónica entre la imposición anacrónico de la religión católica occidental, contra la práctica espiritual de nuestro pueblo y que la piedad y la devoción no guardan relación a la doctrina de nuestra ritualidad Cosmo Solar: Donde la fe no se profesa exterminando pueblos.
En este grandioso hito universal del nuevo milenio, de la ciencia y la tecnología de la era moderna. Los filósofos y los teólogos de las universidades ya tienen criterios puestos en la incredulidad de la religión pagana inquisitorial de los íconos, por carecer de imagen moral, los “santos de yeso” y su teologísmo es desplazado a la segunda fila.
El clero patéticamente creó las “tribulaciones”, con esta falsa idea dogmática engañaron naciones, inculcando “fe” para lograr cielo desde la tierra. Para buscar tesoros destruyeron todo lo edificado y en este inacabable siglos de dominación clérigo, la paz cósmica eterna de milenios fue alterado, con resultado de 75 millones de indígenas muertos.
El clero bajo disfraz religioso y vía de confesión, cumplieron el astuto papel de espionaje hispano, con celo y suspicaz interrogaban a los incautos; para ello, crearon el costumbre de descuartizar el cuerpo de ejecutados como espectáculo de terror. Así, durante los cinco siglos de dominación colonial, la religión pagana de edad medieval nos avasalló.
Vemos que llegó el momento enfático de develar los intrincados secretos de la religión cristiana, por ser cómplices de la exterminación indígena; la monarquía española y el clero inquisidor son implícitamente responsables del monstruoso crimen cometidos por sus hordas invasoras en América y el descomunal etno-genocidio en el Tawantinsuyu.
La Europa medieval asimiló la doctrina cristiana, donde el clero inquisidor, tanto ayer como hoy, continúan aplicando su legislación sacerdotal. También con sarcasmo dicen “santa madre iglesia” y saben que nadie en este mundo es santa o santo; su religión monoteísta fue el comercio de la fe para llenar con oro y plata a los templos paganos.
Jehová es el “creador ladino” del pueblo Hebreo; representa a su “pueblo elegido” tan ambicioso, con instinto de engañar y explotar a otros pueblos. ¿Ese instinto será un “don” dado por Jehová mismo? Sin darnos cuenta no debemos caer en la estupidez de seguir a los divisores de nuestra cosmovisión: ¿Acaso aquí los judíos no nos quitan el pan de la boca?
Durante los cinco siglos de colonialismo español, el clero tergiversa la religión de nuestra sangre, superpone en nuestra mente a un ser todopoderoso que es dueño absoluto de nuestro cuerpo y alma: Esto lo hacen para obtener el poder y dividirnos. Ser verdaderamente Tawantinsuyano es rebelarse contra esa religión occidental pagana y herética.
La alardea Jehovética y su panfletismo religioso, solo existe en la mente infectado de los hebreos y su sinarquía imperial es absolutamente personal. Bajo inquina amenaza de los sacerdotes católicos; los Reyes de Europa para consolidar sus tronos, han instaurado el monopolismo de la religión judía: ¡Nuestra religión es culto ETER-RITUAL al Universo!
Nuestro cosmogónico religión espiritual indígena, es culto Etéreo-ritual al gran Espíritu Universal: Runa saymay apuyayanchis Pachakamac espiritunman (culto indígena al espíritu universal creador). Su práctica consiste en el auto contemplación del Universo, la comprensión de la naturaleza y nuestra vida, observando los distintos grados de su evolución.
España aun está presente aquí, de siglo en siglo; la inquisición europea, creó una extraña creencia, cuyo mandato es la adoración de íconos de yeso. El beato del Vaticano que ostenta el titulo de Papa y acólitos, se auto proclaman de sacerdotes: Esa extraña psicología religiosa de confusión no guarda fe, sino, es adoratorio material al oro.
En este alborozo renacer de las naciones y pueblos indígenas de América, resulta grotesco creer que: La religión católica como doctrina inquisitorial sea el Cristianismo evangélico de redención espiritual: ¿Qué cristianismo es esa que obliga a los incautos de adorar a los santos de yeso con rostro español? Su crucifico está untado con la sangre indígena.
El poder de Dios estaba centrado en la humanidad de los sacerdotes que eran dueños del Universo. Durante largos siglos de dictadura inquisitorial, el monoteísmo clérigo fue una casta de negación: Frente a su poder omnímodo y tenebroso apostrofa, las monarquías se callaron en idioma silenciosos y donde sus adictos vivían sin respirar libertad.
Los sacerdotes del cristianismo colonial español, amenazaban en quemar almas infieles en el infierno, consignaban el castigo al poder de Satanás o diablo. Estos hijos de Mefistófeles (monstruo del infierno) prometían el paraíso a los sumisos y infierno a otros. Estas fueron bestias más feroces con rostro humano y son emisarios de maldad abominable de siglos.
Se entiende que entre la democracia y la religión Jehovética occidental, exista una unión absoluta e hipostática en beneficio de sus intereses creados; entonces, esa dupla del sarcasmo occidental tiene patente corzo de explotación y de embaucación mental. La religión en manos criminales de la inquisición fue el fuste de fuego quemante de matar indígenas.
La inquisición española, fue un lazo de cazar, una red de atrapar y una fragua de castigar indígenas: La religión católica quiere pasar inadvertido de su ánimo malsano que fue la prédica de maltrato y un ente patibulario de toda discriminación racial: Sus sacrosantas iras fue lanzar desde el púlpito, piras purificadoras y anatemas de condena al indio: Amen.
El pensamiento colonialista europea afirma que: “Todo hombre por su voluntad propia busca su amo y la voluntad divina de Dios es razón del poder”. Este poder opresor de la iglesia y de la monarquía, crearon dioses terrenales de la propiedad privada. Así, bajo argucia de esta amañada doctrina colonial, aquí se deformó la Identidad de nuestro pueblo.
El clero inquisidor hace entuertos calificativos: “Los indios desnudos escapaban a no ser muertos; no hablaban, sólo gesticulaban ciertos sonidos; no trabajaban, depredaban los frutos naturales, eran analfabetos y su agrafía no tiene historia”. Esto es confesión descarado de los criminales y Dios fue utilizado como escudo del crimen y robo.
Mientras el clero decía, traigan oro y plata para salvar almas del purgatorio y el perdón del pecado: Los europeos se apoderaban de nuestras tierras para explotar en nombre de Dios y los muertos. La flora, fauna, minerales, agua y hombres se convirtieron en propiedad privada del invasor y la vida entera se regio bajo tal fundamento.
Los tres oscuros legados del colonialismo como su máxima expresión cultural occidental fue: matar, robar e imponer su religión inquisidor. Tawantinsuyo fue víctima de agresión española, nuestro pueblo sufrió el irascible exterminio y el clero inquisidor domesticó nuestro cerebro, imponiendo su religión monoteísta colonialista.
En el Perú virreynal, el clero español implantó su religión monoteísta de iconografía cristiana pagana con liturgia sacerdotal inquisidor; donde la Biblia era recostada sobre un facistol de plata; hoy ya desaparecido del altar catedralicio. Los íconos de yeso que enrostran a la virgen María, santos y serafines, más resalta la obra Arabesca.
Ante el misterio de la vida y el temor de la muerte, bajo amenazas de quemar almas en el fuego eterno; el clero europeo, angustiosamente agobiados por la ansiedad de hacer apología religiosa herética; durante mas de 300 años de dominación colonial, con tesoros robados han levantado templos paganos: Así, aconteció siglos de barbarie y del genocidio.
Fue la alianza bicéfala de la monarquía y el clero que conformó la “santa hermandad” de inquisición: Este poder, fue gran maquinaria de moler humanos. Así, el soldado español codicioso y beato con la filosofía paupérrima del temor al Dios, que es dueño absoluto de la vida y la propiedad terrenal; en siglos destrozó civilizaciones ricas del mundo.
Los filósofos: Unamuno y el Maimónides declaran: “Que la filosofía española es vacua y paupérrima. La inquisición Iberiana es cultura presocrática, su escolástica medieval es pobreza de mal grado y su filantría “cervantina” es ficción literaria. Este fustigante “inquisición” divaga en América y cual cadáver sin alma es ideología colonial”.
Unamuno enfatiza sobre la conducta de la inquisición: “El Islam de Córdova y la de Granada fueron abatidos; otras civilizaciones, avanzadísimos para su tiempo, como los reinos de Moctezuma y del Inka Atawallpa, enloquecieron de codicia al invasor analfabeto. La apología de la religión sustitutiva fue para afianzar el dominio sobre los pueblos invadidos”.
No ignoramos el misterio de la vida y la muerte, pero en aquél choque antagónico de dos culturas, la religión pagana se incrustó en nuestra mente y su práctica es el legado oscuro de frustraciones, no necesitamos aferrarnos a esa creencia vacua. El fanático cree a pie juntillas en la religión y la inquisición lo utilizó a conveniencia maligna.
Es metáfora: En el cielo tuvo lugar una batalla: Un día se había presentado el Arcángel Lucifer, este, delante de Dios se declaró en desobediencia: Al escuchar esto, Dios ordena al Arcángel Gabriel, expulsarlo del cielo a Lucifer y sus rebeldes. El antitesis surge de inmediato, pues Moisés autor del Génesis no consigna el supuesto “disociador”.
El texto Bíblico, es la historia del pueblo judío que expresa la sabiduría y su palabra sinarquizado. Marx dice que: “La religión es opio de los pueblos”; nosotros reafirmamos que, la casta sacerdotal que flageló durante siglos toda dignidad humana: Es enemigo mortal, es antagónico y inconciliable y nuestro pueblo tiene mil veces razón de rechazar.
Frente a la cosmovisión de nuestra civilización, de templanza humana y culto espiritual superior; los sacerdotes son especie de mente maliciosos, que en siglos pululan como habilosos detractores. Estos farsantes, cuyo oficio es la falsificación, cual arañas venenosas han paralizado nuestra mente, imponiendo su legislación sacerdotal paganiza.
¿Será cierto que el culto de la doctrina cristiana, es de redención, de salvación y de espiritualidad? pero vemos que la religión tiene efecto puramente ficticios y acontece relegado de su esencia propia y la festividad paganiza ahogó su orden moral. Los débiles no encontrarán respuesta a la pregunta: Por que, aquí: El espíritu puro es la mentira pura.
Los griegos creían que la tierra era esférica, así, Copernico enunció su teoría heliocéntrica, quien sostenía que el sol, es centro del universo; pero como que esto no estaba escrito en la Biblia, la inquisición lo quería quemarlo en la hoguera. Servet, sabio español descubrió la circulación de la sangre y este fue quemado por blasfemo.
Duch Man, sabio Holandés que inventó el telescopio, en 1609; Galileo observó al infinito y probó que la teoría heliocéntrica de Copernico era verdad: Por tal aseveración, el gigante del renacimiento y del saber humano, estuvo preso y encadenado. La estúpida inquisición quería quemarlo vivo y Galileo Galilei juró que la tierra no se movía.
El poder “inquisitorial” del clero ya es conocido, han simplificado la psicología a fórmula propia: La obediencia se premia elevando el alma al cielo, la desobediencia es castigo eterno en el infierno. Este herético acto ¿Acaso fue la voluntad de Dios? esta insidia hay que irradicar de nuestra mente y luego poner al desnudo su paganismo religioso.
En el Perú, a la luz de grandes acontecimientos y premunidos con el ambiguo lenguaje colonialista; el clero católico, exhibiendo su insólita rudeza y el audaz panfletismo de conocidas hostilidades; (Amenaza de excomunión y otros señalamientos) todavía pretenden imponer su religión occidental para adorar los íconos de yeso con rostro español.
Desde nuestra perspectiva, hoy debemos esclarecer la discrepancia antagónica entre la imposición anacrónico de la religión católica occidental, contra la práctica espiritual de nuestro pueblo y que la piedad y la devoción no guardan relación a la doctrina de nuestra ritualidad Cosmo Solar: Donde la fe no se profesa exterminando pueblos.
En este grandioso hito universal del nuevo milenio, de la ciencia y la tecnología de la era moderna. Los filósofos y los teólogos de las universidades ya tienen criterios puestos en la incredulidad de la religión pagana inquisitorial de los íconos, por carecer de imagen moral, los “santos de yeso” y su teologísmo es desplazado a la segunda fila.
El clero patéticamente creó las “tribulaciones”, con esta falsa idea dogmática engañaron naciones, inculcando “fe” para lograr cielo desde la tierra. Para buscar tesoros destruyeron todo lo edificado y en este inacabable siglos de dominación clérigo, la paz cósmica eterna de milenios fue alterado, con resultado de 75 millones de indígenas muertos.
El clero bajo disfraz religioso y vía de confesión, cumplieron el astuto papel de espionaje hispano, con celo y suspicaz interrogaban a los incautos; para ello, crearon el costumbre de descuartizar el cuerpo de ejecutados como espectáculo de terror. Así, durante los cinco siglos de dominación colonial, la religión pagana de edad medieval nos avasalló.
Vemos que llegó el momento enfático de develar los intrincados secretos de la religión cristiana, por ser cómplices de la exterminación indígena; la monarquía española y el clero inquisidor son implícitamente responsables del monstruoso crimen cometidos por sus hordas invasoras en América y el descomunal etno-genocidio en el Tawantinsuyu.
La Europa medieval asimiló la doctrina cristiana, donde el clero inquisidor, tanto ayer como hoy, continúan aplicando su legislación sacerdotal. También con sarcasmo dicen “santa madre iglesia” y saben que nadie en este mundo es santa o santo; su religión monoteísta fue el comercio de la fe para llenar con oro y plata a los templos paganos.
Jehová es el “creador ladino” del pueblo Hebreo; representa a su “pueblo elegido” tan ambicioso, con instinto de engañar y explotar a otros pueblos. ¿Ese instinto será un “don” dado por Jehová mismo? Sin darnos cuenta no debemos caer en la estupidez de seguir a los divisores de nuestra cosmovisión: ¿Acaso aquí los judíos no nos quitan el pan de la boca?
Durante los cinco siglos de colonialismo español, el clero tergiversa la religión de nuestra sangre, superpone en nuestra mente a un ser todopoderoso que es dueño absoluto de nuestro cuerpo y alma: Esto lo hacen para obtener el poder y dividirnos. Ser verdaderamente Tawantinsuyano es rebelarse contra esa religión occidental pagana y herética.
La alardea Jehovética y su panfletismo religioso, solo existe en la mente infectado de los hebreos y su sinarquía imperial es absolutamente personal. Bajo inquina amenaza de los sacerdotes católicos; los Reyes de Europa para consolidar sus tronos, han instaurado el monopolismo de la religión judía: ¡Nuestra religión es culto ETER-RITUAL al Universo!
Nuestro cosmogónico religión espiritual indígena, es culto Etéreo-ritual al gran Espíritu Universal: Runa saymay apuyayanchis Pachakamac espiritunman (culto indígena al espíritu universal creador). Su práctica consiste en el auto contemplación del Universo, la comprensión de la naturaleza y nuestra vida, observando los distintos grados de su evolución.
España aun está presente aquí, de siglo en siglo; la inquisición europea, creó una extraña creencia, cuyo mandato es la adoración de íconos de yeso. El beato del Vaticano que ostenta el titulo de Papa y acólitos, se auto proclaman de sacerdotes: Esa extraña psicología religiosa de confusión no guarda fe, sino, es adoratorio material al oro.
En este alborozo renacer de las naciones y pueblos indígenas de América, resulta grotesco creer que: La religión católica como doctrina inquisitorial sea el Cristianismo evangélico de redención espiritual: ¿Qué cristianismo es esa que obliga a los incautos de adorar a los santos de yeso con rostro español? Su crucifico está untado con la sangre indígena.
El poder de Dios estaba centrado en la humanidad de los sacerdotes que eran dueños del Universo. Durante largos siglos de dictadura inquisitorial, el monoteísmo clérigo fue una casta de negación: Frente a su poder omnímodo y tenebroso apostrofa, las monarquías se callaron en idioma silenciosos y donde sus adictos vivían sin respirar libertad.
Los sacerdotes del cristianismo colonial español, amenazaban en quemar almas infieles en el infierno, consignaban el castigo al poder de Satanás o diablo. Estos hijos de Mefistófeles (monstruo del infierno) prometían el paraíso a los sumisos y infierno a otros. Estas fueron bestias más feroces con rostro humano y son emisarios de maldad abominable de siglos.
Se entiende que entre la democracia y la religión Jehovética occidental, exista una unión absoluta e hipostática en beneficio de sus intereses creados; entonces, esa dupla del sarcasmo occidental tiene patente corzo de explotación y de embaucación mental. La religión en manos criminales de la inquisición fue el fuste de fuego quemante de matar indígenas.
La inquisición española, fue un lazo de cazar, una red de atrapar y una fragua de castigar indígenas: La religión católica quiere pasar inadvertido de su ánimo malsano que fue la prédica de maltrato y un ente patibulario de toda discriminación racial: Sus sacrosantas iras fue lanzar desde el púlpito, piras purificadoras y anatemas de condena al indio: Amen.
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