jueves, 15 de octubre de 2009

REVOLUCION TAWAINTISUYU


Por: Augusto Caña Mamani – “Sinshi Cahuide”

(Con el grado de Sarg. 2do. EP conductor de la tanqueta M-20: 28 julio de 1968)


Pensamiento Amautico de Liberación: Es menester saber que: La lucha y el triunfo, son las dos cosas que obtienen los hombres valientes. La lucha motiva el fin y el triunfo abre el camino de la victoria. La lucha está reservada solo para los hombres valientes y sabios, porque el valiente sabio no ha de hablar sino actuar con decisión, cuando la necesidad y los medios demandan.


Así el triunfo debe ser mantenido a la necesidad de lucha histórica: En este caso por nuestra liberación.
Los guerreros en medio de los fragores de la batalla, gestan su potencial física y su fortaleza espiritual. Su habilidad y su capacidad ejemplar garantizan el triunfo para que la gente de su entorno siga sus pasos. Los hombres que no saben batallar nunca deben estar en la contingencia bélica, por que estos son siempre, símbolos de la derrota.


La libertad no existe en la mente de los hombres que tienen manos manchadas de sangre; los opresores siempre ofrendaron la vida de los indígenas a la muerte: Ningún dolor humano fue superado a las injusticias del colonialismo europeo en América. Frente a ello, con urgencia debemos gestar los modelos críticos de nuestra solevante libertaria.


Si hasta ahora no hemos practicado la opción sanguinaria como lo hicieron los nazis, los bolchiviquis, los gramers rojos, los gurkas, los serbios y los Vietnamitas en pro de la victoria, hoy, es hora de aprender esos ejemplos por necesidad historia de nuestra liberación. Ay de mí, yo de haber vivido en 1532; a Pancho Pizarro y sus forúnculos huestes lo hubiera recibido con un grandioso banquete envenenado.


Es nuestro deber impostergable de hacer despertar a nuestra sociedad, para dotar de capacidad combativa, para hacer que nuestra gente sea guerrera, que sepa llegar con puntual ponderancia victoriosa al futuro, que logre alcanzar sus objetivos tácticos y estratégicos; tanto manejar la filosofía de ¡vencer o morir! como medios de nuestra auténtica liberación etno nacional del milenario TAWAINTINSUYU.


Frente a la sojuzgacion de un sistema de opresión foránea; sin temores ni dolores, con nuestra fuerza indisoluble y capacidad de lucha, debemos vencer a esa piedra pesada del colonialismo interno; así, nuestra lucha no debe ser por simple resentimiento sino por nuestra autentica liberación nacional, esperado por el inacabable avatar trágica de siglos.
Para llegar a la cúspide de la victoria, se requiere mucho sacrifico, pundonor y desprendimiento. Los guerreros siempre tienen coraza de certeza, que invoca acción, de seguir hacia delante, de comenzar la batalla: El miedo es un abismo difícil de cruzar donde los débiles claudican; el sueño es el preámbulo de los hechos; la derrota en un camino interrumpido antes de terminar.


El espíritu de los victoriosos tiene dignidad tan respetable; su ideología de independencia es tan importante como el brillo fulgurante del SOL eterno; los que abrazan el martirologio saben que la muerte es solo un puente epsilónico hacia una vida superior de reencarnación.
En esta vida los guerreros viven para vencer y ser eternos como las estrellas del cielo; los postulados y los convictos, siempre batallan antes que termine el día; ellos nunca respiran la atmósfera del desaliento, menos expresan el dolor: Siempre su fortaleza espiritual está intacta como protagonista de nuestra propia historia.


Aunque el viento de los siglos, con su fuste de opresión, ha soplado en contra de nuestro inquebrantable destino, nunca debemos aceptar los anatemas de derrota, de ser hombres libres, aunque hemos caído en el error garrafal de ser demasiado humanos y de pasividad resignante. Nuestro silencio fue también opción de resistencia pasiva, tal precepto hemos utilizado como una cuestión táctica para engrandecer en otras épocas mejores.


Está llegando el tiempo en que, ese silencio de siglos se va a convertir en un alarido telúrico que sonara como bramido del trueno por los techos de este mundo. Mientras nosotros como cintenelas megalíticos, debemos cuidar la grandiosa obra de nuestros antepasados. Esta es la consigna imperativo que: Nunca debemos batallar en contra de nosotros mismos; nunca debemos abrir las puertas del infierno para nuestra propia desgracia, menos provocar pánico y muerte contra nuestros hermanos de sangre: Pues la lucha es en contra del enemigo usurero exterior e imperialista de turno.


Como siempre, debemos vivir intensamente vigilantes ante los avatares de tiempos adversos, nunca practicar la mediocridad; debemos pensar que en nosotros radica el futuro; esta tarea tenemos que asumir con orgullo y patriotismo. Aprender de los Amautas las enseñanzas básicas, de su teoría autologica que nos ayudara a caminar por la vida, como una sociedad ancestral, como pueblo que enrumba hacia el valle del futuro: ¡Tan presentes y vigentes!.


Debemos fortalecer nuestra voluntad de lucha y vencer la fatiga; está visto y comprobado en la vitrina histórica que: Sólo los hombres que tienen voluntad de fuerza rompen las montañas, derrotan la opresión, quiebran los metales más fuertes y llegan a la meta de los triunfos puntuales como la antorcha olímpica. Solo los guerreros grandiosos como nuestro Apu José Gabriel Condorcanqui Túpac Amaru y su contingencia heroica, encarnan la grandeza de un pueblo y de una nación de heredad milenaria como del TAWAINTINSUYO.


El quien tenga conciencia y razonar propio debe saber que: Cada hijo de esta milenaria Nación debe aportar el mejor de su valor y voluntad de lucha; la trilogía del esfuerzo, voluntad y sacrificio es el concepto filosófico fundamental, que está orientado a nuestra liberación nacional.
En el Universo no existe el fin, solo hay senda del infinito; para nosotros los indígenas solo existe un camino: Nuestra propia liberación. En la dialéctica humana la evolución es un proceso que nunca termina, pero la involución trunca esa metafísica señalada. La transformación evolutiva de la ciencia pinta la imagen del progreso y desarrollo cuántico del mundo en que vivimos.


Aquí estamos, sentimos ese grandioso placer de vivir y luchar, pero antes tenemos que superar los escollos de la vida, de la inferioridad marcada con insania; es momento de recorrer por nuestro propio camino señalado por el destino. Debemos estar presentes en esta realidad de que ahora estamos sometidos a los garfios de una dictadura económica externo y usurero; así como el pensamiento de nuestros ancestros fue la creación de la obra, la construcción de las más importantes maravillas líticas: Ahora nos toca la obra impostergable de nuestra liberación etno nacional del milenario TAWAINTINSUYO.

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