miércoles, 14 de octubre de 2009

METAFORA DE LA RELIGION OCCIDENTAL

Por: Augusto Caña Mamani “Sinshi Cahuide”

En síntesis; sabemos que el sincretismo de la religión Judeocristiano es la interpretación literal de las METAFORAS MITOLOGICAS del pueblo Hebreo: Solo a partir del segundo milenio de nuestra era; esta pedagogía sinarquizada, en nombre de la razón y la verdad, fueron asimilados por el llamado mundo occidental; a excepción de China, Japón, India y el mundo musulmán (aquí se descubre que Europa no tiene credo y religión propia); que la misma, con hechos deflagrantes ha llevado a guerras feroces contra aquellos que no tenían igual predica y emblema cristiana. Se entiende que todo mito es sicológicamente simbólico: Sin embargo, ese híper concepto del “Dios todopoderoso” fue convertido en sentido de creencia elemental y obligatorio para aceptar la existencia del “reino celestial invisible e inmaterial”; donde al morir todos los “justos” irían allá para resucitar el día del juicio final.

En base de este descomunal mentira (cual producto relevante de la imaginación humana) mediante el engaño intencional, meditación obligatorio, miedo irracional del castigo divino y subordinación absurdo; tanto con la manipulación de la mente y sentimiento colectivo: En todo el mundo se sembró tradiciones religiosas, congregaciones evangélicas (Eva convertida en ángel?) sectas bíblicas, practicantes rituales y el artilugio exponencial de los íconos de yeso con atributos milagrosos, cuyo rezo y oración dirigidas al “Padre nuestro que estás en los cielos” jamás tendrá pragmática respuesta. ¿Acaso existe también divinidad en la madre naturaleza? En la teoría implícita de materia, energía y espíritu, la madre naturaleza, más allá del tiempo y el espacio de nuestro proceso evolutivo: Es placenta fértil del Universo. Sin ir muy lejos y sin ajetreos literales, en el mundo indígena, el GRAN ESPIRITU es la que encarna nuestro APUYAYA PACHAKAMAC como Suprema Inteligencia Etérico que regenta el Universo Cósmico.

Se puede entender en sentido armónico de todas las conciencias que el desarrollo de una espiritualidad de vocabulario judeocristiano pudiera ser de ¿Redención humana? – ¿Piedra fundamental de la ley divina? o simplemente de tejido social y orden colectivo de todos los pueblos del mundo. Sin embargo, ese monoteísmo de un solo Dios es antropomórfico que hace pacto sectario con su pueblo elegido Israel y con otros ladinamente se enfada, supuestamente hasta el punto de desatar “ira divina” con plagas y pestes.

Desde épocas remotas hasta la actualidad vemos que: Toda maldad tiene su propio origen, toda hecatombe es generado intencionalmente por una sociedad tribalista y racista (Babilonia, Grecia, Roma, Francia, Inglaterra, Israel y EE. UU de yanquilandia son alevosos beligerantes de todos los tiempos) que solo abraza la ideología guerrera de agresión militar y mercenaria para invadir, matar y destruir a los pueblos indefensos del planeta. En este fatídico anatema a partir del 12 de octubre de 1492; la religión judeocristiano sirvió al colonialismo occidental como plataforma apocalíptico para invadir a nuestro continente ABYA YALA, hoy la América invadida. Igualmente a partir del nefasto 1532; la cruz cristiana, también sirvió como argumento lapidario pizarrista para el asesinato del Inka ATAWALLPA y posterior destrucción de la cultura Amautica y milenaria del TAWANTINSUYU.

Por ende: Como que los españoles, con mucha reputación son lapidarios feroces en destruir culturas muy avanzadas para su tiempo; como gleba medieval son auténticos “cacasinos” de su enfermizo codicia; tanto, en el sentido de la palabra paupérrima, son paladines mundiales del robo descarado y crímenes impunes ¡AY CARAY, ESE DESCOMUNAL GARROTE NOS HA DEJADO DESMAYADOS DURANTE CINCO SIGLOS!. Aquel miserable enjambre humano, cual plagas de la maldición, durante siglos de invasión colonial al continente americano y secularmente al TAWANTINSUYU: Donde practicaron toda perversidad sin límite alguno y con obsesión maligna. Sin ser ajenos en esta lesa deflagración de las Naciones y Pueblos Indígenas de América, muy en particular del Tawantinsuyu; los monjes españoles de mentalidad fabularía, premunidos de espíritu mitómano y monoteísmo religioso, como cómplices de mayor renombre disociador y para sembrar temor en los países invadidos, mediante la prédica fantástica de su religión; exaltando la metáfora de la superpuesta leyenda hebraica como doctrina sagrada de un “Dios todopoderoso” y único, lo convirtieron en su religión omnímodo y avasallante.Así esta religión “prefabricada” católica, pagana, herética y inquisidor: Con su aullido de bestias innombrables, con torniquetes y torturas, poniendo sal sobre las heridas para martirizar al “infiel” y luego con su palabreo de negar la realidad indígena, quemaron en el fuego del caldero religioso a toda una nación autónoma, como del Tawantinsuyu.

Esta doctrina occidental de abolición del cuerpo y el destierro de nuestra Identidad, tanto bajo el argumento de combatir el pecado, pero en fondo tenían el afán del acopio de los tesoros; también sembró odios ancestrales y revolucionó el infierno en la vida real de los pueblos sometidos del Tawantinsuyu. La legislación sacerdotal con su “omnímodo poder” y con su pesadilla inquisidor (ellos saben que el infierno es puro cuento) se apoderó de vuestras vidas, de paso, cuidando de que no seamos libres, tacharon con presidio y la muerte al quien proclamaba Justicia y Libertad. ¿Acaso no es cierto que nuestro mártir revolucionario José Gabriel Condorcanqui Túpac Amaru, solo por declarar guerra anticolonial al virreinato español fue muerto descuartizado por cuatro caballos?No está demás decir que: En esta etapa del tiempo contemporáneo de los hechos históricos; el pensamiento INDIANISTA es reflexivo y pragmático, a la vez posee ideales sublimantes de lucha y dones revolucionarios por nuestra liberación. Aquí en pro de revaloración del legado de nuestros ancestros: Nuestra existencia es causa y motivo de restaurar a la madre patria del Tawantinsuyu como nuestro hogar nacional autónomo. Por ende: Todos los procesos ideológicos y la exponencial filosófica deben conscribirse al torno de ello.

Sin cuya meta y objetivos propuestos, no existe otro argumento valedero orientados al brusco cambio y enunciación de lucha liberacionista. Es entonces, para construir y desarrollar un proceso histórico de un GRANDIOSO CAMBIO, es imperativo descolonizar nuestra mente y gestar la fortaleza espiritual. Igualmente para ser libres de verdad con valor y honor propio: El despertar colectivo de nuestra conciencia redencionista, debe romper estrepitosamente las ataduras culturales, ideológicos, políticos y religiosos de opresión occidental que sujeciona nuestro destino común.

Evidentemente cuando arenguemos la palabra altisonante de ¡PATRIA O MUERTE! El imperialismo de turno y sus lacayos reaccionarios, mediante su entelequia rentada, pondrán en tela de juicio nuestra reivindicación; también la religión monoteísta y inquisidor, desde los púlpitos modernos de Radio y TV, nuevamente lanzaran anatemas de condena contra nuestro solevante. Sin excepción, la casta de la oligarquía criolla de la condescendencia europea (todos los forajidos, gamberros y mánceres) con su aullido desesperante (como en el caso de Andahuaylas y Bagua) gritaran en plazas y calles, tanto en medios de comunicación social proclives a ellos; por seguro nos tildaran de “terroristas” “ETAS Indígenas” “Talibanes indígenas” y otros infundios blasfemaros sin fondo y forma: Todo eso de nada les servirá , pues, ya somos un GRANDIOSO PUEBLO en renacimiento de rebelión, una sociedad con despertar telúrico y una nueva fuerza de liberación que bajo un bosque de banderas Tawantinsuyanas, con toda marcialidad emprende su titánica marcha hacia el valle del futuro.

Finalmente, no podemos ignorar ni olvidar que: El nefasto epílogo de la cruz cristiana, siempre es símbolo de la crueldad, del horror patibulario, de la muerte en suplicio, de ajusticiamiento fuera de culpa; que la misma, en primer instancia fue practicado por el imperio Romano y luego como fuste de dominación es aplicado por la famosa “santa inquisición” en países invadidos de América. Ahora para encontrar un autentico Justicia histórico y plena libertad, es tiempo de despojarnos de ese veneno religioso que paralizó nuestro cerebro y cuerpo. Todo engaño, toda mentira y todo mercenario racista deben ser devueltas a sus corrales de Europa

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